Travesía por la Ria de Arosa y visita a Salvora


Empezamos octubre, estrenamos dominio y retomamos nuestros relatos viajeros, espero que esta vez definitivamente,  necesito organizar mis fotos y mis apuntes de viajes,  al igual que he hecho con mis recetas en mi querido www.cousasdemilia.com.

Isla de Salvora

Tengo un montón de cosas para compartir, pero me apetece empezar con algo de mi tierra... hay tanto que contar sobre ella! 

Este es un relato cercano en el tiempo y en el espacio, tiene   5 días y está a 20 kilometros. El pasado día 27 se celebró  el día del Turismo y  TurGalicia, quiso celebrarlo con una jornada de apoyo al turismo sostenible con una salida por la Ría de Arosa, para ver aves, estrellas, degustar algunos productos de la Ría y descubrir ese pequeño paraiso que es la Isla de Salvora en el Parque Nacional Islas Atlánticas.

Un grupo privilegiado (yo al menos me siento así),   de periodistas y bloggers, partimos del puerto de Cambados, hacía la Isla de Salvora a bordo de dos embarcaciones tradicionales un barco  pesquero de 14 metros construido en 1958 y restaurado fielmente,  el Chasula; y un velero, que se usó en el pasado para el transporte de las industrias de salazón afincadas en la zona y que ha sido  restaurado y adaptado a las comodidades actuales,  el Manuyael Industrial... fue toda una experiencia ir en uno y volver en otro.

La travesía fue de lo más agradable y durante la misma pudimos aprender cosas sobre las aves que habitan estas Rías tan ricas en alimentos,  y  escuchar relatos de experiencias marineras de estos hombre de mar que pilotan estos barcos.


Embarcamos a las 17.00 horas, con un cielo algo nublado y  muy buena temperatura los que nos permitió hacer toda la travesía en cubierta disfrutando del paisaje que nos rodeaba. A nuestra espalda quedaba el  bonito pueblo de Cambados;  a nuestra derecha divisábamos el puente  y la Isla de Arosa
y a nuestra izquierda  el Grove,  la Isla de la Toja y el puente que los une... y de frente teníamos el reflejo de la vida marinera, barquitos de pesca que vuelven a casa con sus capturas, rodeados de un sinfín de pájaros que saben que a bordo hay botín... una imagen para mi inolvidable!




Sobre las 6 arribamos a las Isla de Sálvora, donde nos recibe esa potente imagen de lo que parece una sirena, una iglesia y un pazo... que va a resultar que solo la sirena es lo que parece, pero sigamos...



La Isla de Sálvora hace parte del Parque Nacional Islas Atlánticas, y las visitas van siempre acompañadas de un guía oficial, nosotros tuvimos la fortuna de disfrutar de uno muy especial, nada menos que el director del parque  Jose Antonio Fernández Diaz, un hombre encantador, pero sobre todo un apasionado del parque que consigue transmitir ese entusiasmo,  en su compañía vivimos una experiencia única, por su gran conocimiento de la isla, que nos permitió  conocer muchísimas historias que además cuenta con muchísima gracia. 


Por el supimos que el supuesto pazo, no es tal, si no una antigua fabrica de salazones, a la que han añadido dos  torres  y almenas y es conocida por  O Almacén; la iglesia tampoco  lo es,  en el pasado era un bar y en 1960, el Marques consorte de Revilla, la convirtió en capilla en honor a Santa Catalina, hasta ahí había visto lo contrario... ahora ya he visto las dos modalidades!


 Dejamos atrás este lugar y emprendimos  camino, conociendo de paso, plantas, artes de pesca, fuentes mágicas, una telleira (lugar donde se hacían tejas),  y así llegamos a la aldea formada por 8



casas en torno a una plaza, que llegó a tener una población de 60 personas, todas caseros que pagaban al amo la mitad de sus cosechas agrícolas y del ganado que nacía en su propiedad.


Algunas casas han sido rehabilitadas entre ellas la escuela que tuvimos oportunidad de conocer.


Esta aldea  es un lugar que me encantó cuando la conocí y de nuevo me pareció un lugar maravilloso con  unas vistas espectaculares, conserva todavía unos hórreos en perfecto estado, hay higueras y muchas endrinas que ya en estas fechas están perdiendo sus hojas pero todavía conservan abundantes



frutos, bordean algunos de los caminos de la isla aportándole un encanto especial. Y ya va cayendo la tarde, son horas de volver.




























En O Amacén nos espera Yayo Daporta y su
equipo, que nos han preparado unas delicosas viandas con los productos del mar, disfrutamos durante un rato de la comida y de la charla distendida con los compañeros, de no tener que volver aquello se hubiera alargado bastante tiempo más, pero el reloj no para, se había hecho de noche...  hora de ver las estrellas! pero, las nubes y la niebla también quisieron participar, así que todos al barco y de regreso al punto de partida... aunque.... la naturaleza marina nos tenía guardada una sorpresa, un verdadero regalo!


Había oído hablar alguna vez del mar de ardora, pero jamás lo había visto... a la ida si vimos que el mar tenía unos elementos color ocre nada habituales, los profanos pensamos si sería la famosa marea roja,


 pero no,  nos explicaron que era un tipo de plancton con un nombre precioso noctiluca scintillans  y ahí quedó la cosa. A nuestro regreso con nubes y niebla, a medida que el barco iba abriéndose paso, empezamos a ver unas ondas luminosas en el mar que nos dejaron embelesados... ahí estaba ese fenómeno del que todos habíamos oído hablar, pero que solo los avezados marineros habían visto... no tengo palabras para describirlo, pero para que os hagáis una idea si os puedo recomendar un post  de Bluscus Turismo marinero de Galicia, donde se ve el fenómeno que nosotros contemplamos... y otro en una playa que es algo absolutamente ¡mágico!







¡Nos vemos pronto, feliz semana!















Comentarios

  1. Pues si Viajeros un espacio muy propio para vosotros, donde podemos disfrutar con la vista de vuestros precioso viajes: Por aqui me tendreis amigos y este post me ha encantado y me he enterado de un montón de cosas desconocidas para mi, bikiños

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